Málaga ya tiene cartel de la Semana Santa 2025, se trata de una pintura realizada por el artista Juan Miguel Martín Mena. Una nueva obra artística destaca por su rica narrativa visual y por ser un homenaje a la Semana Santa y a la identidad de Málaga. Realizada en técnica mixta sobre papel de algodón encolado a una tabla de 80 x 120 centímetros, esta pieza combina materiales como café, sal, grafito, acuarela, acrílico y bolígrafo. Estos elementos aportan texturas y matices que enriquecen su composición.
Geometría y Simbolismo
La estructura geométrica de la obra organiza los planos en torno a tres grandes figuras. En el centro, la Virgen del Rocío se erige como el corazón de la composición, representada en un triángulo ascendente que remite a lo sagrado. Este triángulo interactúa con dos elementos clave: la línea horizontal del horizonte marino y la verticalidad de la torre de la Catedral, que actúa como un retablo natural. Este esquema refuerza el equilibrio entre las dimensiones espiritual y terrenal.
Paleta de Colores y Contrastes
La paleta de colores evoca la esencia del paisaje malagueño con tonos tierras, ocres, azules grisáceos, blancos y dorados, presentes en el palio de María Santísima del Rocío. Destaca un clavel rojo, que simboliza la pasión y conecta emocionalmente con el público, representando al cofrade malagueño y su amor por la Semana Santa. Este recurso aporta contraste visual y equilibra la sobriedad de la obra.
Un Rico Universo Conceptual
En el plano conceptual, la obra despliega un universo simbólico que invita a reflexionar sobre la fe, la tradición y la identidad malagueña. La Virgen del Rocío emerge desde el horizonte como un faro de luz y esperanza. A su lado, dos velas transformadas en biznagas rinden homenaje a la primavera malagueña, simbolizando el renacer de la vida frente al sacrificio de la Pasión.
Elementos Ambiguos y Dinamismo Tipográfico
En el plano central, aparece un elemento ambiguo que podría interpretarse como un sudario, un paño de la Verónica o un "cartel dentro del cartel", dejando abierta la interpretación al espectador. Sobre este espacio se proyecta de forma inmaterial la imagen del Cristo de la Redención, eje de la Pasión. Además, la tipografía modernista añade dinamismo y equilibra la tradición con la modernidad.